¿Sabes quien fue Carlos Jáuregui?
por Gustavo Pecoraro
del Blog del autor http://rojobarrocoypasional.blogspot.com
Hace poco escribí un texto para el libro sobre Carlos Jáuregui que publicará próximamente Mabel Belucci.
Desde acá, con algo de ese texto y otras pocas cosas, quiero cooperar con la pregunta que en las paredes de la Plaza Carlos Jáuregui, escribieron los jóvenes de la Comunidad Homosexual Argentina: ¿Sabes quién fue Carlos Jáuregui?.
Honrar y recordar a figuras como él, son también parte de la militancia.
Hoy una plaza de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva su nombre.
Desde acá, con algo de ese texto y otras pocas cosas, quiero cooperar con la pregunta que en las paredes de la Plaza Carlos Jáuregui, escribieron los jóvenes de la Comunidad Homosexual Argentina: ¿Sabes quién fue Carlos Jáuregui?.
Honrar y recordar a figuras como él, son también parte de la militancia.
Hoy una plaza de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva su nombre.
"...Hasta el día en que conocí a Carlos Jáuregui, mi militancia política, que en ese tiempo transcurría en el Movimiento al Socialismo, estuvo incompleta.
Corría 1984, y me había enterado de la existencia de la Comunidad Homosexual Argentina, por una solicitada en el diario Clarín.
Yo tenía apenas 19 años pero poseía el arrebato necesario para entender claramente que la CHA, sería desde ese instante mi verdadero lugar de pertenencia.
Mi primer encuentro con Carlos fue en la antigua sede en la Diagonal Norte, una minúscula oficina en un enorme edificio de otras tantas minúsculas oficinas.
La sensación que me produjo poder hablar de política con un dirigente de homosexuales fue inmensa.
Tenía el don de la seducción de muchos políticos, frases de las que queremos escuchar y sonrisa de buen chico.
Parecía siempre en estado de exaltación, enérgico, decidido.
Claro que muchas de sus posiciones nos diferenciaban.
Los derechos civiles, sin duda eran un punto de acuerdo, pero más allá, la incertidumbre.
Poseía algo que lo hacía distinto: predisposición a conseguirlo todo.
Sin lugar a dudas era mucho más grande que su organización misma; creo fue eso mismo lo que lo llevó a estar siempre tan cerca del éxito, pero tan lejos del reconocimiento.
Con los años de militancia, creamos una fuerte amistad, de esas de borracheras y desamores, y amores y borracheras; de debates encendidos y proyectos soñados; de llorar juntos la muerte de muchos amigos queridos; de discotecas y bares y fiestas, donde Carlos era profundamente feliz; de recuerdos íntimos que son sólo parte obligada de mi memoria. ¡Aunque tengo una enorme nostalgia por las cenas de los viernes, con Cesar Cigliutti y Marcelo Ferreyra como anfitriones, donde convergíamos para simplemente estar y ser parte!.
Después de tantos años de su muerte, a menudo me encuentro pensando en lo fácil que hubiera sido todo para Carlos y la CHA, si los políticos que ahora se llenan la boca con sus discursos correctos, hablando de tolerancia y apoyo a los proyectos de la comunidad GLTTB, hubieran estado presentes mucho antes, cuando -claro- gente como Carlos -y quizás por eso su valor- enfrentaban solos -o casi- la lucha de los derechos civiles de gay y lesbianas.
Hoy debería ser el referente de los miles de jóvenes que enarbolan las banderas GLTTB, a los cuales les legó las enseñanzas de los primeros que avanzan, esos que manchan sus camisetas sin miedo, que se enfrentan de verdad a la represión; la vanguardia que siempre cae primera.
Hay una responsabilidad en los dirigentes de estas agrupaciones en no dejar olvidar nunca su figura.
Ellos, muchos de ellos o casi todos, están ahí precisamente por la existencia de Carlos Jáuregui.
Tal vez este libro sirva para que su figura emerja como el gran dirigente GLTTB de Argentina que fue.
Su vida personal estuvo llena de contradicciones -como la de cualquier-, pero eligió anestesiar sus necesidades y aumentar los deseos ajenos.
Carlos fue un gran dirigente político con el cual tuve el placer de militar y luchar durante muchos años, veces desde la discrepancia otras desde el acuerdo; pero por sobretodo, fue uno de mis más grandes amigos.
El decía de mí, que le gustaba porque al menos, yo pensaba.
Yo podría decir de él, que lo echo mucho de menos.
Nada fue igual con su ausencia..."
Corría 1984, y me había enterado de la existencia de la Comunidad Homosexual Argentina, por una solicitada en el diario Clarín.
Yo tenía apenas 19 años pero poseía el arrebato necesario para entender claramente que la CHA, sería desde ese instante mi verdadero lugar de pertenencia.
Mi primer encuentro con Carlos fue en la antigua sede en la Diagonal Norte, una minúscula oficina en un enorme edificio de otras tantas minúsculas oficinas.
La sensación que me produjo poder hablar de política con un dirigente de homosexuales fue inmensa.
Tenía el don de la seducción de muchos políticos, frases de las que queremos escuchar y sonrisa de buen chico.
Parecía siempre en estado de exaltación, enérgico, decidido.
Claro que muchas de sus posiciones nos diferenciaban.
Los derechos civiles, sin duda eran un punto de acuerdo, pero más allá, la incertidumbre.
Poseía algo que lo hacía distinto: predisposición a conseguirlo todo.
Sin lugar a dudas era mucho más grande que su organización misma; creo fue eso mismo lo que lo llevó a estar siempre tan cerca del éxito, pero tan lejos del reconocimiento.
Con los años de militancia, creamos una fuerte amistad, de esas de borracheras y desamores, y amores y borracheras; de debates encendidos y proyectos soñados; de llorar juntos la muerte de muchos amigos queridos; de discotecas y bares y fiestas, donde Carlos era profundamente feliz; de recuerdos íntimos que son sólo parte obligada de mi memoria. ¡Aunque tengo una enorme nostalgia por las cenas de los viernes, con Cesar Cigliutti y Marcelo Ferreyra como anfitriones, donde convergíamos para simplemente estar y ser parte!.
Después de tantos años de su muerte, a menudo me encuentro pensando en lo fácil que hubiera sido todo para Carlos y la CHA, si los políticos que ahora se llenan la boca con sus discursos correctos, hablando de tolerancia y apoyo a los proyectos de la comunidad GLTTB, hubieran estado presentes mucho antes, cuando -claro- gente como Carlos -y quizás por eso su valor- enfrentaban solos -o casi- la lucha de los derechos civiles de gay y lesbianas.
Hoy debería ser el referente de los miles de jóvenes que enarbolan las banderas GLTTB, a los cuales les legó las enseñanzas de los primeros que avanzan, esos que manchan sus camisetas sin miedo, que se enfrentan de verdad a la represión; la vanguardia que siempre cae primera.
Hay una responsabilidad en los dirigentes de estas agrupaciones en no dejar olvidar nunca su figura.
Ellos, muchos de ellos o casi todos, están ahí precisamente por la existencia de Carlos Jáuregui.
Tal vez este libro sirva para que su figura emerja como el gran dirigente GLTTB de Argentina que fue.
Su vida personal estuvo llena de contradicciones -como la de cualquier-, pero eligió anestesiar sus necesidades y aumentar los deseos ajenos.
Carlos fue un gran dirigente político con el cual tuve el placer de militar y luchar durante muchos años, veces desde la discrepancia otras desde el acuerdo; pero por sobretodo, fue uno de mis más grandes amigos.
El decía de mí, que le gustaba porque al menos, yo pensaba.
Yo podría decir de él, que lo echo mucho de menos.
Nada fue igual con su ausencia..."
Material disponible en Biblioteca LGTTBI de Carlos Jáuregui
Libros:
-La homosexualidad en la Argentina
Ediciones Tarso - Argentina - 1987
Material disponible en Biblioteca LGTTBI sobre Carlos Jáuregui
Libros:
-Orgullo. Carlos Jauregui, una biografia politica
por Mabel Bellucci
Emecé - Argentina - 2010
EJEMPLAR DONADO Y AUTOGRAFIADO POR LA AUTORA
EJEMPLAR DONADO Y AUTOGRAFIADO POR LA AUTORA
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