Hace unas semanas compré (o volví a comprar) este libro que creo ya tener. La dedicatoria es un mundo: es Puig, es el melodrama, es la "peste rosa", es la confraternidad, es la amistad, es el saber de que estamos hablando, es el mirar el mismo culo, el mismo paquete, es el ghetto y es la zona libre, el viaje o el exilio, es el amor-admiración-burla-respeto por la diva, es el tango, el transformista, la marica que se disfraza para divertir un rato a sus amigos, es el llanto compartido y es la sonrisa de mamá.
La dedicatoria, por si no se lee bien, dice: "En recuerdo de nuestras tardes de San Francisco entre telenovelas y SIDA. "
Y un garabato, una firma, un nombre ilegible, legible solo para su destinatario.
Pietro
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