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22/6/21

Lecturas: De Bioy Casares a Jorge Porcel sin escalas

Comparto ultimas lecturas, el de Porcel se me fue en un día de lectura. Con Bioy pasé mas tiempo. El de King ya lo comenté. 

Pietro 

Villa d'Este, Tivoli, mayo de 1970. Livio Bacchi Wilcock, Silvina Ocampo, Juan Rodolfo Wilcock, Bioy y su hija Marta. Foto: Rosie Arias.

Wilcock adopta a Livio simplemente porque los gays no podían casarse. Livio tenia madre y hermana.

Hace unos días terminé la lectura de WILCOCK de Adolfo Bioy Casares, edicion al cuidado de Daniel Martino, Emece, 2021.

(Y de Bioy salté a otro libro que ni se imaginan y que lo leí en un día, si me quedan ganas cuento luego de este)

Sobre esta foto, teniendo en cuenta leyendas y el detalle de la adopción se podrían hacer mas de una conjetura incestuosa. Pero eso está en otros libros.

A mi me encanta Wilcock y añoraba conocer un poco de su perfil del cual nunca se encontraba mucho. Y si bien era amigo de Silvina, Bioy, que al principio no lo toleraba, lo terminó llorando como ninguno y generando con el un vinculo entrañable.



NINGUNOS SANTOS todos terribles, meterse en las libretas donde Bioy dejó anotaciones es alucinante. Como leer cualquiera de sus diarios.

Atraviesa unas cuantas décadas y aparecen miles de personajes. Algunas páginas pasaban rápido pero otras era mas lento, me detenía en la busqueda de esos nombres (los conociera o no) para verles el rostro, o conocer algun detalle mas.

(¡Ay, por favor, dejen de usar la Wikipedia porque es cualquier cosa, un despropósito donde cualquiera mete mano y no es fiable)

Buscando encontré que el libro tambien tiene un error, respecto a un nombre y supongo que de edición. Porque si Bioy se equivocó y el editor hubiera querido corregirlo estaba la opción de la nota al pie.

Entre notas de libretas, entradas al diario y cartas se hace un recorte también de un circulo de gente (ni siquiera una clase social) muy particular. Wilcock aparece muchas veces como "un muerto de hambre", la mayoria de las entradas de Bioy arrancan con "Comen en casa..." Y siempre está Wilcock que repetía el menú.

Wilcock muere de un infarto, leyendo un libro sobre infartos.

Bioy se fue a llorar al baño cuando le llegó la noticia.

Torre Nilsson, Beatriz Guido, la abuela de Victoria Onetto, y centenares de personajes desfilan. Una todo mazclado todo mezcludo al mejor estilo Pato Carret.

Adoré. 


De Bioy casares pasé sin escalas a Jorge Porcel. ¿Se puede? ¡Claro que sí! La solemnidad no va conmigo. Y Bioy y Silvina podían decir cosas mas “verdes” que las que decía Porcel. 

Este libro lo publicó en 1987 casi 10 años antes de su muerte. Lo tenía hace tiempo en un sector de mi Biblioteca donde estan los libros de ese cuarteto: Moria, Susana, Porcel, Olmedo. Y comparten con otras biografías. 

Este libro me dio mas de lo que esperaba. Le temía a su evangelismo. Pero le dedica solo unas muy pocas páginas finales. Ya se dedicaría luego a escribir un par de libros sobre una de la religiones a las que le tengo más rechazo por su nocividad y el fanatismo que crea. 

No se si lo dictó, se lo escribieron o lo escribió. Creo que el tenía la capacidad de hacerlo. Hay cosas de estilo que tiran para atrás, pero se puede entrar en ese código y seguir adelante. El libro tiene mucho dato. Si en el de Bioy se tiraban nombres, acá no para. Es curioso que algunos estén tan mal escritos, entonces aparece una tal Zulma Fait, otra Susana Jimenez y un par mas. Pero en general, nombra hasta técnicos y apuntadores. Es muy generoso y de algún modo su ego no está en primer plano. 

Porcel reconstruye épocas de su vida, y arranca tradicionalmente con la historia de sus padres. Rescato que pueda generar un cuadro de época tan interesante donde reconoce estilos de vestir, formas, marcas de perfumes o de otros productos, y crea así una escenografía. 

No se detiene en dar fechas ni nombres de sus espectáculos, salvo de algunos. Y si bien dedica párrafos a muchos artistas de todas las artes, a Olmedo es quien le dedica páginas. Cuando reproduce algún dialogo entre ellos, la forma es calcada de cualquiera de sus películas. 

Porcel es un caso curioso, de un hombre sumamente culto, que se formó en diversas artes y que bailó en la pista que la vida lo puso. Y de la cual nunca mas pudo escapar. Sus comedias teatrales donde se corría de lo que hacía, ni siquiera aparecen en la Wikipedia (por eso, no confíen en la wiki, todo chanta, déjensela a Fabiola de Fernandez-Fernadez) 

Por momentos la lectura genera cierta extrañeza. Porque genera encuentros y diálogos imaginarios sin previo aviso con grandes personalidades, pero contextualizadas de manera tal que son casi un elemento fantástico. 

No faltan su vínculo con la Balanza de la farmacia, y la lucha con su sobrepeso del cual nunca pudo escapar. Aquí si es donde plantea una verdadera lucha y muestra claramente como su adicción encontraba tratamientos como los de Cormillot, pero nunca límites. 

Atraviesa variadas décadas y arma el contexto de cada una citando grandes hechos mundiales y nombrando a artistas y deportistas. 

Melómano incansable, dicen que con muy buena voz (yo he escuchado su disco “Puro corazón” pero no soy ducho en la materia, la música solo me gusta o no me gusta, me genera algo o nada) También incursionó en la pintura. Y tanto el como Olmedo hicieron giras por lugares del mundo impensados como Australia donde la comunidad hispana los recibía de a miles. 

Me gustó viajar con este hombre por otros tiempos, otro teatro, y descubrir una gama de personajes en los que me llevará tiempo indagar aun mas. Por lo pronto, ya tengo en camino un libro de un actor, locutor, presentador de tv, periodista y empresario de televisión que durante el peronismo debió exiliarse. Apenas me llegue arranco. Tampoco pude evitar hacerme de otro souvenir del mundo Porcel que en estos días me llega, y compartiré. 


El ser humano se pasa la vida buscandole un sentido a todo. Es que a veces dan ganas de golpearlos con libros de #AlbertCamus
SENTIDO.
Con el tiempo aprendí que si una obra, de cualquiér índole, me entretiene, hace reír, emocionar, llorar, pasar un buen rato, y si encima me hace pensar o linkear con otros cosas, genial, pero no se lo exijo. Depende de las posibilidades de cada uno el linkear y vincular una obra con ideas, pensamientos, otras obras, etc. Por eso nunca me privé de nada. Aunque he tenido etapas de prejuicio "ese auto no, ese tipo de cine no" Un boludo. Porque me negaba cosas. Hoy solo me niego todo lo que tenga vinculo con el peronismo y el kirchnerato. A esa gente no le pago, no le compro libros, no le veo sus peliculas. Se han puesto tan obvios, tan bajada de línea constante. Yo crecí alquilandome 6/7 pelis por fin de semana con 10/11 años. Vi mucho cine y del bueno. Del que no sale ahora por Netflix ni Flow ni siquiera llega a los cines. Tambien es tarea de uno buscarse que ver.
¿La obra debe dejar un mensaje? Y la verdad que no. El que observa la va a llenar de mensajes e ideas. El artista es otro mundo. La obra otro mundo mas aparte del artista (o parte de el) En fin. Esta frase de Olmedo es una síntesis perfecta. Y me da placer tener la capacidad de sentir placer con Bioy, con Borges, con Silvina, con Porcel, con Olmedo, con Deleuze, con Foucault, con Lia Crucet, con Sabina, con Stephen King, con Goyeneche, con Rivero, con Lucrecia Martel, Torre Nilsson, Greenaway, Krzysztof Kieślowski ... Explorar la versatilidad y quitar las caretas. Sibarismo. Disfrute.
Pi

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