"Nada más simple que amar el envilecimiento y encontrar goces en el desprecio. El que ama con ardor las cosas que deshonran descubre placer en serlo y debe empalmar cuando se le dice lo que es. La bajeza es un goce muy familiar a ciertos espíritus; uno gusta de escuchar lo que se complace en merecer, y es imposible saber hasta dónde puede llegar en esto el hombre que ya no se sonroja de nada. Es lo mismo que la historia de determinados enfermos que se complacen de su cacoquimia. -Todo esto depende del cinismo-, dijo Curval sobando las nalgas de Fanchon: -¿quién no sabe que el mismo castigo produce entusiasmos? ¿Y no hemos visto ponérsela tiesa a alguien en el momento en el que se le deshonraba públicamente? Todo el mundo conoce la historia del marqués de-, el cual, en cuanto se le comunicó la sentencia que le condenaba a ser quemado en efigie, sacó la polla de los calzones y exclamó: "¡Me cago en Dios!, he llegado al punto que quería, ya estoy cubierto de oprobio y de infamia: ¡dejadme, dejadme, tengo que correrme!". Y lo hizo en aquel mismo instante."
Marqués de Sade, Las 120 jornadas de Sodoma
NO LO DEJARON PASAR EN AUTO, CAMINÓ LLEVANDO A SU HIJA QUE FINALMENTE MURIÓ, SU IMAGEN SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS ÍCONOS DE LA REPRESION Y LO ABSURDO DE ESTA PANDEMIA K.
MIENTRAS TANTO ALBERTO FERNANDEZ ARMABA ORGÍAS EN OLIVOS.
¿Se acuerdan de este hombre golpeado por la patota K cuando fue a manifestarse a Olivos? Claro. Estaba prohibido salir. Todo se permitía. Incluso la lista de suicidios en comisarias de todo el país, de detenidos por pasear al perro y que amanecieron ahoracados con sus propias remeras.
MIENTRAS TODO ESO OCURRÍA, la Quinta de Olivos era un burdel, mas siniestro que las 120 jornadas de Sodoma que Pasolini pudo imaginar.
El Kirchnerismo MATA. Siempre. A cada paso.
Para mi la única manera de frenarlos es fusilarlos, pero optaré por ir a votar.
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