TEXTO DE Natalia Rosales
Vivimos en Argentina, un país donde los políticos piensan que a los viajeros nos sobra la plata y debemos "ser solidarios" con el resto de la gente.
Vivimos en Argentina, un país donde los políticos piensan que a los viajeros nos sobra la plata y debemos "ser solidarios" con el resto de la gente.
Nefasto mensaje. Como si viajar fuera un acto de egoísmo, como si estuviera mal. Pareciera que ser libre y usar los recursos fruto del trabajo propio, después de aportar todos los impuestos correspondientes en un país con carga fiscal altísima no fuera suficiente.
No es una cuestión de ser de un bando político o de otro, sino de lo nefasto del mensaje. Piensan que viajar es un lujo, y que es totalmente prescindible. Si hay que ajustar arranquemos por ahí, por la parte linda de la vida.
Pero claro, nadie les dice que para el laburante poder viajar significa que previamente ya se tuvo que ajustar muchos otros gastos para poder hacerlo, desde la birrita con amigos hasta moverse en bicicleta porque subirse a un uber o taxi es un despilfarro si pensamos ahorrar para viajar.
De repente, 30% adicional poder moverse libremente. Porque no es "dólar turista", es a todo consumo con tarjeta. Desde Netflix a un departamento por Airbnb en Mar del Plata.
Siempre el dólar tiende hacia la cotización más alta. Es lógico: la gente prefiere arbitrar con esos valores. Comprar dólares "más baratos" oficial o blue, y no usar la tarjeta de crédito. En definitiva, esta medida afecta a todos. Especialmente a los que menos tienen, porque se trasladará toda esa presión del dólar a los precios finales de todo lo cotidiano.
Piensan que si viajan, les sobra la plata. Piensan que viajar es siempre vacaciones. Piensan que la gente es estúpida, y que no va a evitarse el impuesto jugando con el spread de cotizaciones. No piensan, en definitiva, como un viajero.
Vamos a seguir viajando, pase lo que pase. Cada vez dependemos menos de la economía argentina, por lo que no nos cambia demasiado. Cansados de que este país siempre juegue con la libertad y el dinero ajeno.
Se viene un 2020 lleno de viajes. Preferimos sacarnos selfies con tortugas marinas. Cada acto que limite la libertad de la gente de hacer lo que quiera hacer, atrasa. Todos los países exitosos son también los más libres.
Si no te dan libertad, quizás toque ir donde la libertad sea la norma y no la excepción. Donde sepamos que, gracias al esfuerzo y al trabajo, podamos hacer lo que queramos sin culpa ni limitacion.
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