Arturo García Buhr, quien en la cúspide de su carrera (acababa de filmar Los isleros, con Tita Merello) rechazó, en 1951, los ofrecimientos de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa para actuar en programas radiales de propaganda oficialista. García Buhr, que había participado en la Marcha de la Constitución y la Libertad (setiembre de 1945), pudo trabajar sin problemas durante seis años, hasta que llegó aquel llamado. "Nadie me había molestado ni obligado a someterme al Gobierno —dice ahora, corroborando el testimonio de Apold— y pude filmar sin necesidad de afiliarme a nada. Pero el día que recibí un sobre con el membrete de la Subsecretaría no quise abrirlo y lo devolví intacto a su remitente. Era el 4 de octubre de 1951, y ya salía al aire un ciclo radial de propaganda peronista titulado 'Pienso y digo lo que pienso'. No sé todavía si me proponían o no para actuar allí, pero por las dudas no quise averiguarlo. Ya me habían adelantado telefónicamente que iba a recibir una invitación por el estilo y preferí rechazarla." Por esos días, García Buhr y su mujer, la ex bailarina Aída Olivier, representaban dos obras en el teatro Versailles (Con agua en las manos y La pequeña cabaña), del que se habían hecho empresarios junto con Alberto Iribarne. "Por las dudas, Aída y yo esperamos toda la noche a que abriera el Departamento de Policía, a las 7 de la mañana del día 5, y acudimos a renovar los pasaportes con intención de irnos a Montevideo. Le dije al comisario Romariz que debía escriturar un terrenito en Punta del Este y me prometió los pasaportes, firmados por el general Arturo Bertollo, para el día siguiente. Pero cuando fuimos a retirarlos sólo nos dieron excusas y presentí que tendríamos problemas. Iribarne me advirtió que no me dejarían entrar al teatro, pero fui lo mismo y coloqué un cartel en la boletería anunciando mi reemplazo por el actor Florindo Ferrario." El lunes 8 de octubre, mientras Perón festejaba sus 56 años de edad, los diarios de la cadena oficialista iniciaban una campaña contra García Buhr, acusándolo de "irresponsabilidad profesional". Una semana más tarde, por el histórico camino del general José de San Martín, el actor cruzaba ceremoniosamente la Cordillera de Los Andes a bordo de un taxi que lo llevaría hasta la frontera con Chile "por propia voluntad, sin que nadie me obligara a salir del país". Quince años después de aquella aventura, Apold agrega un dato más a la crónica: "Si García Buhr hubiese abierto el sobre, se habría enterado de que no lo invitábamos a actuar en 'Pienso y digo lo que pienso', sino en Estrellas a mediodía".
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Los Isleros es una historia que trata de la sacrificada y rudimentaria vida de las personas que viven en las islas del delta del Río Paraná en la década del 40, conjunto con el drama social que constituyen las inundaciones de la zona. Rosalía, apodada la Carancha y su compañero Leandro reciben en su casa a una mujer que lleva su hijo y que desencadena un conflicto de celos en el seno familiar.
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