El viernes, mientras miraba llover desde la ventanilla del colectivo, me preguntaba qué hacía ahí arriba, en un día tan gris, con la lluvia que se acrecentaba, de pie, volviendo a aquella librería en la que dos días atrás había comprado cerca de 50 libros. Llegué mojado. Con agua en las zapatillas. Fui a la mesa que siempre reviso primero. A un costado fui apilando los que me llevaría. La pila estaba baja aún cuando apareció este “Con sombras de palabras” de Oscar Hermes Villordo. Lo tomé con cuidado. Lo abrí, dentro había dos recortes de diarios, doblados. Lo sumé a la pila. Media hora después pagaba los cerca de 45 libros elegidos. Bajo techo, con el mate listo, abrí el libro. La cara interna de la contratapa daba clara señal del tiempo que hacía que esos recortes dormían recostados en ella. Ambos recortes pertenecen al diario La Nación, donde Villordo escribía. Uno se titula “Kioto, la brillante y antigua ciudad japonesa” y está firmado por el. El espacio de la fecha fue recortado, se sabe que es de un Miércoles, del Año 109 de diario, y del número 38.416. El otro si tiene año: 1978. Y se titula “Ascensión hacia la poesía” y está firmado por David Martínez. Y se trata de una nota sobre este mismo ejemplar, editado por Emece en 1978.Siempre lo digo, los libros llegan tarde o tremprano.
Días atrás, en esa misma librería llego a mis manos otro libro que cada día de volverá mas importante. Pero aún no es tiempo de hablar de ello…
Pietro Salemme Silvert
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